Espejito, espejito…
Como si de un truco de magia se tratara, los espejos decorativos son la solución que buscabas para aumentar la sensación de amplitud, potenciar la luminosidad y dar ese toque de elegancia y sofisticación. Todo ello sin necesidad de realizar grandes desembolsos ni obras, ¿qué más se puede pedir?
Espejos de grandes dimensiones
Rectangulares, ovalados, irregulares… En esta ocasión no importa la forma, pero sí el tamaño. No solo reflejan nuestra imagen de cuerpo entero, también contribuyen a crear un espacio estiloso y distinguido.
Los marcos son la clave
¿Cómo integrar un espejo? Si el espacio posee un estilo rústico o nórdico, la mejor opción es un marco de madera, que aporta calidez y no pasa de moda. Los hay robustos, pulidos, envejecidos, clásicos…
Para estilos industriales, el material más adecuado es el metal. Si pretendes modernizar la estancia, los marcos metálicos, gruesos y de formas sencillas son idóneos para tu propósito.
Composiciones
Atrévete con una composición de espejos de distintos tamaños y formatos. Ten en cuenta que, aunque los coloques a diferentes alturas, es importante lograr un orden visual.
SIN MARCOS
Por último, si eres amante del minimalismo, los espejos de pie sin marco serán tus mejores aliados.