El colchón es un elemento de gran importancia a la hora de amueblar el dormitorio. En este caso, las condiciones estéticas permanecen en un segundo plano, pero, a pesar de todo, es fácil perderse entre todas las opciones del mercado porque las numerosas posibilidades siguen generando dudas para elegir el colchón adecuado.
Escoger un buen colchón es fundamental para mejorar la calidad de vida, y conocer nuestros hábitos es una buena manera de comenzar la elección.
Analiza tu postura al dormir
Boca abajo: es la peor postura para dormir, por eso recomendamos que procures cambiarla, pero si ya lo has intentado y no puedes, lo mejor es un colchón muy firme para impedir que el estómago se hunda.
Boca arriba: lo más adecuado es un colchón firme para mantener la espalda recta.
De lado: el colchón deberá ser algo más blando para permitir que el brazo se hunda ligeramente.
¿Cuánto pesas?
Si sufres de sobrepeso o eres una persona muy alta, debes apostar por un colchón duro y de buen grosor.
Por el contrario, si pesas poco, te vendrá bien un colchón flexible que se adapte a tu figura.
Otros aspectos
Los colchones viscoelásticos, de espuma o de látex son perfectos para las personas frioleras porque mantienen bien el calor. Si eres caluroso seguramente preferirás un colchón de muelles, mucho más fresco que los anteriores.
También recomendamos los colchones de espuma o látex con funda para los alérgicos a los ácaros y para quienes desean una base articulada, ya que el colchón deberá ser flexible.
Si te mueves mucho por las noches, un colchón duro te ayudará a dar todas las vueltas que necesites. No obstante, recuerda que el colchón no debe ser demasiado duro (porque generaría estrés de carga en la cadera y el hombro), ni demasiado blando (porque la columna vertebral se deformaría al hundirse).
Colchones de viscoelástica
Su principal ventaja es que se amoldan muy bien al cuerpo y distribuyen el peso de forma muy homogénea. Tienen un elevado precio, pero merecen la pena para cuidar la espalda y las cervicales.
Colchones de muelles
Ideales para una buena ventilación y adaptación al cuerpo. La calidad depende de las capas que recubren el núcleo, pero generalmente pierden altura con el paso del tiempo, por lo que su durabilidad es más corta que otros tipos de colchones.
Colchones de espuma
Se clasifican por su densidad en Kg/m3. Si la densidad es menor de 35 kg/m3 solo son recomendables para habitaciones infantiles. Los de alta densidad son los de más calidad, mientras que los de gomaespuma son los más baratos.
Colchones de látex
El látex puede ser natural (procedente del caucho) o sintético (derivado del petróleo). Se caracterizan por ser firmes y distribuir bien el peso, pero son algo pesados y difíciles de manejar.
Por último, también existen colchones híbridos para combinar las mejores virtudes de cada material.